domingo, 27 de mayo de 2012

Conocer Las Petronas

Llegamos a Kuala Lumpur, luego de unas 5 horas de ómnibus. El dueño del hostel de Singapur, que nos había vendido los pasajes y que nos había hecho mal el mapa  de cómo llegar a la terminal, nos dijo que el ómnibus nos dejaba en la puerta de nuestro hostel en Kuala Lumpur.
Obviamente, eso no sucedió… nos había estafado. Llegamos a un lugar, que ni idea teníamos dónde estábamos, a eso de las 5 de la mañana. En seguida una cantidad de taxistas ofrecieron sus servicios.
No teníamos plata y nos daba la sensación que los taxistas nos querían estafar también. Finalmente, luego de conseguir dinero y de pelearle el precio a los taxistas, tomamos la oferta y nos fuimos hasta el hostel.
El hostel, no estaba tan lejos como nos habían dicho los taxistas, de todos modos no habíamos pagado el precio inicial que nos habían ofrecido.
La zona donde nos alojábamos no era muy linda, había bastante mugre y era medio lúgubre. De hecho, cuando nos bajamos del taxi unos 20 o 30 cuervos pasaron por encima de nuestras cabezas. La diferencia con Singapur era muy clara…
Luego de desayunar algo en el hostel nos fuimos a acostar unas horas para después poder aprovechar todo el día. La habitación era para 24 personas!
Nos levantamos y nos fuimos hasta la estación de trenes para ir hasta las Batuk Caves. La idea era pasar un tiempo allí y regresar hasta la ciudad para ir a ver las Torres Petronas.
Las cuevas son bastantes sucias y  tiene varios templo de tipo hinduista, están pobladas por monos, algunas ratas y alguna que otra gallina.
 La gente va allí a celebrar sus actos religiosos mientras los monos tratan de robar algo de comida. Si algún mono se mete en un templo es sacado a pedradas o cocazos. Pero los monos también se defienden, de hecho cuando nos estábamos yendo un mono tiro un coco que casi le pega en la cabeza del Cebolla.
Por la tarde nos fuimos al centro de la ciudad a conocer las Torres Petronas, son realmente increíbles. Uno pierde la vista tratando de alcanzar la cima de las mismas…
Paramos en un bar cerca para tomar algo y esperar a que se hiciera la noche y poder verlas iluminadas también. Son mucho más hermosas en la noche.
A la vuelta, y antes de pasar por el mercado central de artesanías,  pasamos por un super  y compramos unos pollos y algunas verduras. En el techo del hostel había una gran barbacoa que utilizaríamos para compartir la cena.
En pocas horas otra vez emprenderíamos viaje… Camboya nos esperaba.

La sorpresa de Singapore

Singapur es quizás uno de los países que menos teníamos estudiado, nadie sabía mucho que había para hacer en esa ciudad -país. Probablemente esa haya sido la principal razón por la cual a todos nos gustó tanto… además de que realmente es hermoso. 
Singapur, es de primer mundo. Todo está ordenando, todo está impecable, lujosos autos recorren sus calles y los servicios son de primera. Quizá por eso es que debe ser el país más caro de vivir acá en Asia.
La población no es nada homogénea… es una mezcla de chinos, indios, malayos y algún que otro anglosajón.
Estábamos bastante cansados, por lo que descansamos hasta pasado el mediodía y decidimos ir a pasar la tarde en Sentosa,  una pequeña isla frente al país.
Fuimos hasta la playa, que a pesar de ser bastante artificial está muy linda. Hay varias actividades y muchos parques para hacer allí… las mayorías caras y dado que venía bastante fuera del presupuesto, decidimos hacer únicamente las actividades gratis.
Fuimos a ver un show con animales, donde a 2 amigas le colgaron una pitón albina sus cuellos y después del mismo podías ir y tocarla. Fue muy entretenido. Luego fuimos a tomar algo a un parador en la playa y a hacer algo de tiempo para poder ir a ver los 2 espectáculos de luces y agua que había al caer la noche.
La verdad es  que los 2 estuvieron impresionantes! Un lujo. El primero de ellos con 2 robots gigantes que simulaban ser cigüeñas y el otro con una especie de dragones que tiraban fuego.
Al otro día fuimos hasta el hospital a visitar a uno de nuestros compañeros que tuvo un accidente en China y se encontraba internado allí. La sacó regalada! Mucha fuerza y pronta recuperación, Seba, seguro en unos días nos encontramos en alguna parte del mundo.
El hospital era increíble y la atención que le brindaban la mejor. Estaba en muy buenas manos.  Tratamos de darle ánimo y despejarle un poco la cabeza y sobre todo hacerle entender que tenía suerte de estar bien, que podía haber sido mucho peor.
Después fuimos a Little India, un barrio muy pintoresco con infinidad de referencias a India y donde se encuentran concentrado la mayoría de los indios que viven en Singapur. Entramos a un par de templos y seguimos camino.
Luego recorrimos un  especie de shopping, de varios pisos, pero que lo único que vendían eran aparatos de última tecnología, de todo tipo uno encontraba lo que quisiera allí. Los precios eran algo más barato que en Montevideo, pero no regalados.
Por la tardecita nos fuimos hasta la bahía, la vista allí es increíble y nos quedamos a esperar que anocheciera para poder disfrutar más.
Otra vez vimos un espectáculo de luces y agua increíble, mejor que los otros 2 que habíamos visto antes.
Regresamos rápidamente al hostel, ya que esa misma noche salía el ómnibus que nos llevaba hasta Kuala Lumpur.
Seguimos las indicaciones del dueño del hostel para poder ir hast a la terminal… el problema fue que las mismas estaban mal y el mapa que nos hizo tb!!
Los minutos pasaban y no la encontrábamos… el calor era insoportable… corríamos para todos lados tratando de encontrarla, subíamos escaleras, cruzábamos puentes, todo a contrarreloj y con todo el equipaje encima… hasta que dimos con el lugar… estaba cerrado!! Perdíamos el ómnibus y el pasaje que ya habíamos comprado.
De repente Cebolla encontró otra entrada y pudimos ir a retirar los pasajes que ya habíamos pagado y el chofer del ómnibus nos espero. Estábamos todos empapados de sudor! Mi camiseta era agua pura.
El ómnibus era super cómodo y pudimos descansar bastante, luego de que bajara la adrenalina por el momento vivido. Los únicos momentos donde no dormimos fue cuando hicimos la migración para salir de Singapur y la de entrada a Malasia.

Un cuento chino (Parte 2)

Shanghai, es una ciudad bastante más pequeña que Beijing, y con menos cosas para hacer, con lo que el  tiempo que le dedicamos a recorrerla fue suficiente.
Llegamos y luego de instalarnos planificamos lo que sería nuestro día. La idea era hacer el Yu Yuan Garden, recorrer la bahía y pasear por uno de los mercados. En la noche nuevamente pasearíamos por la bahía.
Después de comer algo nos fuimos en subte hasta el Yu Yuan Garden. La comunicación con los chinos era cada vez peor, ahora encontrábamos menos gente que hablara algo de inglés. El sistema de subte además era bastante menos claro que el de Beijing.
Antes de adentrarnos en el jardín dimos una vuelta por la Old City, un lugar donde se puede apreciar las típicas construcciones chinas y donde se pueden hacer algunas compras dada la cantidad de comercios que hay allí.
Entramos al jardín y lo recorrimos, a pesar de que era bastante bonito, no nos pareció la gran cosa, ni un paseo como para hacer obligatoriamente allí, pero nos quedamos un buen rato recorriéndolo.
Luego nos fuimos a recorrer a la bahía, que es muy linda pero que comparada a la de Hong Kong, no tiene mucho para hacer.
Para finalizar, pasamos por un mercado enorme, nos entusiasmaba la idea de conseguir  cosas más baratas que en el mercado de la seda de Beijing, es que sabíamos que Shanghai era más barato.
El mercado era tan grande o incluso más que el mercado de las sedas, sin embargo las cosas que había y la calidad de las mismas era mucho peor, con lo cual no compramos nada. Fuera del mercado las ferias se extendían a lo largo de las calles; era muy pintoresco y me parecía acercarme un poco más a la forma de vivir de los chinos.
El problema de quedarse poco en determinados, aparte de que a uno a veces le quedan cosas por hacer, es que uno dedica su tiempo a recorrer las zonas turísticas que muchas veces distan muchísimo de lo que es la forma de vivir de la media de la población.
Creo que en Shanghai por momentos, lo logramos. Pudimos ver lo que muchos viajeros ya nos habían dicho de algunas costumbres chinas  y que en Beijing casi ni vi. Acá si pude ver varios personas escupir en la calle luego de un fuerte ruido… que pienso que lo terminan haciendo para avisarle a uno que se viene… o quizás es una forma de llamar la atención del sexo opuesto como tienen algunos animales… jeje.
Otra que pudimos ver fue la de los niños chinos, lo cuales andan  la calle con los pantalones con una abertura en el trasero, para que en caso de urgencia en plena calle sea todo más fácil… jiji
Ojo!! Igual no es lo que yo me había imaginado… no todo el mundo es así… sólo algunos pocos pero dada la gran cantidad que son es usual poder verlos en la calle. Creo que todo el mundo, en los cuentos que hace luego del viaje, suele dar un poco de color a todas las cosas que vio.
Otra de las cosas que pudimos ver y que en lo que iba del viaje no había visto fueron mendigos…y varios que se te abalanzaban pidiendo dinero con alguna alcancía.
Por la noche recorrimos la bahía, otro de los puntos fuerte de Shanghai en materia de cosas para hacer y ver.  Allí paramos en un centro de información para turistas para ver que otras cosas se podían hacer… fue allí cuando nos llevamos una sorpresa… no habíamos estado en el Yu Yuan Garden!! Jeeje Sino en un parque que estaba enfente, jeje.
Averiguamos y cobraban una entrada que era bastante cara… o por lo menos para lo precio de China.  Así que al otro día decidimos ir a hacer otro paseo, fuimos a conocer el “Buda de Jade”.
Fuimos caminando pensando que quedaba más cerca de lo que en realidad estaba. La verdad es que el paseo está muy entretenido y es super didáctico. Un guía te explica y hace entender algo más acerca de la religión predominante en esta parte de Asia.
Luego fuimos a almorzar a un típico restaurant chino para probar algún plato local. Comimos noodles con pato y con bambú. Muy rico… además incursionamos en el arte de comer con palitos! Aunque en esa comida prácticamente no pudimos agarrar nada...jeje. Salió cuchara para poder comerlos. ( Ojo, ahora somos todos unos expertos, y no hay lugar al que vayamos a comer en el que no comamos con palitos!)
Volvimos temprano al hostel ya que teníamos que ir hasta el aeropuerto y el mismo queda a más de 200 km del centro de la ciudad!! (de hecho algunos compañeros perdieron vuelos por no saber que estaba tan lejos)
Me despedía de China, país que da para conocer mucho más… pero que uno necesitaría mucho más días para lograrlo.
Quizás por todo lo malo  que me habían hablado del país en lo previo, hizo que me llevara una buena imagen… por lo menos mejor a lo que me imaginaba.
Si se escupe en la calle…. Pero en Mdeo tb, allá por un tema de proporción a veces puede parecer que se hace más seguido. Tienen algo de olor… pero lo sentí únicamente en los metros… creo que en cualquier ómnibus del Uruguay uno puede encontrar olores parecidos. Si vi a algún niño haciendo sus necesidades en  la calle, pero muy pocos y en Uruguay tb he visto.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Un cuento chino (Parte 1)


Pasada la media noche aterrizábamos en la capital de este inmenso país, Beijing. Ya en el aeropuerto, y mientras hacíamos los papeles de migraciones, nos encontramos con otros amigos, con los cuales haríamos la ciudad y otros destinos más juntos. Ya eramos más de 20…
La llegada al hostel fue sobre las 3 de la mañana, luego de regatear en el aeropuerto el precio de las van, que nos llevarían.
Al otro día a la mañana, nos dirigimos a la estación de trenes de la ciudad para ya asegurarnos el tren que nos llevaría hasta Shanghai unos días más tarde.
Por primera vez en lo que va del viaje todo nos costaba el doble de tiempo, la ciudad era enorme y la comunicación muy pobre… no nos entendían nada y nosotros nada a ellos. Es difícil encontrar gente que hable en inglés y aquellos que lo hacen, se les entiende muy poco.
Para nuestra suerte tienen un muy buen sistema de Subte, con indicaciones bastante claras y además muy barato, que nos facilitó la movilidad en la ciudad. Caminar en  la ciudad por momentos se hace imposible, por la cantidad de gente en las calle y por las mismas calles!!
No hay nadie que respete una señal de tránsito, autos motos y bicicletas se cruzan constantemente y no parece importarles el color del semáforo. Simplemente siguen su marcha… no paran.
Luego de asegurarnos los pasajes, recorrimos un poco la ciudad a pie. La idea era comer algo e ir a conocer el mercado de las sedas.
Ya aproximándonos al mercado varios vendedores callejeros se nos abalanzaron ofreciendo sus productos… nada allí tiene un precio fijo. En las afueras y en el mercado todo se regatea.
Cuando uno pregunta por el precio de algo le dicen que sale tanto, pero que a vos te lo dejan más barato. Entonces te dan un precio muy superior al valor real, es ahí donde se hace la contra oferta y luego de varios minutos y cruces de ofertas termina uno comprando, que mejor forma de discriminar precios según los consumidores!!
 Quizás las primeras veces resulta divertido, pero ya la últimas compras resultan un poco tediosas. Incluso llegan a pegarte algún manotazo si el precio que les ofreces es demasiado bajo, gritarte “tacaño” o insultarte. El mercado parece ser de los pocos lugares donde se habla inglés y algo de español.
El mercado es enorme y nos llevó toda la tarde y nos consumió casi todo el viático… es imposible no dejarse llevar ante algunas ofertas.
Al otro día decidimos ir a recorrer el palacio de verano. Otra vez la misma historia de tratar de llegar, en una ciudad enorme y con importantes limitaciones a la hora de la comunicación.
Contratamos un guía local a la entrada. Era un joven que se ganaba la vida haciendo eso. Era muy simpático y luego de regatearle el precio empezamos el tour. A pesar de que hablaba bastante inglés por momentos no se le entendía nada.
La recorrida fue espectacular, y nos contó varias historias muy interesantes acerca de la vida de los emperadores en la antigua China. Incluso pude ponerme en las ropas de un emperador por un momento.
Comimos algo y nos fuimos hasta la ciudad prohibida. Llegamos demasiado tarde y sólo nos dio para recorrer la plaza y no pudimos adentrarnos en la ciudad. Nos quedamos en la plaza, y nos fuimos a la villa olímpica para recorrerla en la noche. La verdad es que es muy pintoresca y es increíble lo que armaron para esas olimpíadas.
Al otro día, bien temprano en la mañana contratamos una camioneta que nos llevara hasta la gran muralla China. El poco tiempo que estuve despierto dentro de la camioneta lo sufrí. No podía creer lo mal que manejan…un par de veces creí que chocábamos. Un desastre!!
La muralla es increíble… realmente uno pierde la vista en su construcción y le cuesta creer lo que pudieron construir hace unos cuantos años. Le cuesta creer a uno que está allí… en la única construcción en la Tierra que puede ser vista desde el espacio…
Como era tan temprano en la mañana, prácticamente que era para nosotros solos. Sin embargo, entre los pocos turistas que había a esa hora nos encontramos con un grupo de uruguayos!!  Increíble!
Caminamos por algo más de 3 horas allí, a medida que la mañana avanzaba, el calor se hacía sentir y los escalones costaban el doble.  La bajada la hicimos a través de unos inmensos toboganes lo que la hace más divertida.
Sobre el mediodía emprendimos el regreso a la ciudad, nos quedaba pendiente la recorrida a  la ciudad prohibida. Llegamos y contratamos las auto guías para hacer el recorrida. Básicamente son unos aparatos, tipo walkman, con un mapa del lugar y a medida que uno va caminando le van diciendo que es lo que ve y le cuenta alguna historia en el idioma que uno quiera.
Sobre el final de la tarde regresamos al hostel para armar la valijas y dirigirnos a la estación de trenes, para tomar aquel que nos llevaría hasta Shanghai.
Salimos unas 2 horas antes del hostel, a pesar de que no quedaba muy lejos, sin embargo casi lo perdemos…
Encontrar taxis y que nos entendieran a dónde queríamos ir fue toda una odisea!! Luego los atascamientos del tráfico, por último largas colas a la entrada de la estación… Cuando llegamos, nos dimos cuenta que uno de los taxi, nunca había llegado. El taxista nunca entendió a donde tenía que ir… por suerte cuando se dieron cuenta de que no los estaba llevando al lugar correcto, haciéndole un dibujo, lograron llegar.
Con los minutos contados subimos al tren… el tren demora unas 12 horas, con lo cual compramos unos camarotes con camas para poder descansar. A pesar de ser algo pequeños pudimos descansar bastante.
Me voy de Beijing, con la pena de no quedarme más días… algo que se ha repetido en varios destinos de este viaje.

Descansar en el Nido...?


La llegada a uno de los destinos más esperado por todos, se demoraba. Es que el vuelo que salía de Hong Kong a Manila venía con retraso. El problema era que ese retraso podía llegar a afectra la conexión que teníamos para llegar a Puerto Princesa.
Efectivamente, el vuelo se demoró lo suficiente como para que perdiéramos la conexión… Luego de pelear  un poco en los mostradores… ante la inoperancia e ineficiencia, de los empleados de la peor aerolínea en la que hemos viajado hasta ahora, Cebú.
El vuelo que nos consiguieron, tb se retrasó así que llegamos a Puerto Princesa pasadas las 10 de la noche. El pequeño aeropuerto en el que aterrizamos, esperaba nuestra llegada para cerrar sus puertas.
Al salir… historia conocida! El panorama era muy similar al vivido en Bali… una treintena de personas nos rodeaban ofreciendo sus servicios de transporte, cargoseando, una y otra vez.  Otra vez a regatear y a buscar la mejor oferta… Mientras que el clima se ponía más tenso dado que éramos las únicas personas  en el aeropuerto.
Decidimos aclarar nuestras ideas yendo a comer a una pizzería que estaba a 2 cuadras… La salida del aeropuerto fue dificultosa… ya que estas personas habían armado una especie de muro, en la puerta que daba a la calle, con sus vehículos… los tuk tuk... Son motos que sirven de taxis… a las cuales les adosan una cabina para transportar personas.
Luego de comer las pizzas más dulces que hayamos probado, decidimos partir hacia El Nido pasada la media noche en 2 van. A pesar que la distancia es menor a 300km, sabíamos que el viaje duraba unas 6 horas. Nos ahorrábamos una noche y llegamos bien temprano a conseguir lugar allá.
El viaje no fue el mejor… la ruta era muy mala y viajábamos bastante incómodos. Sin embargo lo amenizamos con charlas y juegos.
Llegamos al Nido apenas amanecía… un pueblo comparable a un Punta del Diablo… donde los servicios escasean (no hay electricidad de 6 de la mañana a 3 de la tarde) y no existen las grandes construcciones a no ser por algún que otro hotel.
La primera noche la pasamos en un hostel, que tenía muy buena ubicación, buen precio, pero pocas comodidades. Los cuartos eran pequeños y de 9 personas y había un pequeño baño para todo el lugar.
El dueño un garca… un francés  que se vendía sólo con la cara. Los empleados todos menores... que trabajaban más de 12 horas diarias.
Al otro día nos cambiamos a una de peor ubicación pero con muchas más comodidades.
La mayor parte de los Filipinos son simpáticos y amables…encontrar heterosexuales es tan difícil como encontrar lugares limpios…
Las playas son increíbles, de hecho la peor de todas ellas, es muchísimo mejor que cualquiera que podamos encontrar en Uruguay.
La estadía en este lugar consistió en conocer sus diferentes playas. A través de los tuk tuk conocimos las más cercanas y luego a través de 2 tours en barcos conocer otras más.
Los tours arrancan temprano en la mañana y te van llevando a diferentes islas con distintas playas y pasando por lugares para poder hacer snorkel.
Es increíble la cantidad de cosa que se pueden ver haciendo snorkel en esas aguas. Pudimos ver tortugas gigantes, manta rayas, estrellas de mar, arrecifes y corales de infinidad de colores y miles de especies de peces de todos los tamaños y colores. Muy divertido de verdad!
Uno de los últimos días se nos ocurrió que otra forma de conocer las playas era  a través de kayaks, que te alquilan allí. Experiencia nueva para todos.
El primer tramo, a pesar de que fue algo cansador fue muy disfrutable. Paramos en una pequeña isla a almorzar y descansar algo. Sabíamos que teníamos otro tramo largo, así que luego de una hora emprendimos viaje a la otra isla.
Esta vez no fue nada disfrutable… el agua estaba algo movida, bastantes olas y mucha corriente que hacía que prácticamente no nos moviéramos cada vez que remábamos. Para peor, una nube negra nos soplaba la espalda.
Con los últimos restos físicos llegamos… y para nuestra fortuna otros compañeros del GV estaban allí y nos regresaron en los barcos que habían contratados, a nosotros y nuestros kayaks.
 La noche la pasábamos en uno de los lugares donde íbamos a cenar, en la playa y con música en vivo. Incluso una de las noches 3 amigos tocaron en el lugar!  Una fiesta, ante varias decenas de uruguayos que habían copado El Nido. Grande Guille, Mago y Beto.!
El único lugar bailable era un zoológico, donde homosexuales y prostitutas se hacían un festín.
El último día allí nos debíamos acostar temprano, ya que a las 3 de la mañana partiamos a conocer el río subterráneo, cerca de Puerto Princesa. El tour que alquilamos fracasó… La van que nos iba a llevar, no tenía espacio para nosotros y nuestras valijas. Luego de pelear durante casi 2 horas con el chofer… nos terminó diciendo que habían cancelado nuestros permisos!
Un gran destino… sin dudas de muchas enseñanzas… donde a pesar de creer que sería el lugar donde más descansaría fue donde dormí menos…Algunas veces el calor, otras los pensamientos, otras la ansiedad le ganaban la pulseada al sueño.
Ahora en el avión a China... a enfrentarse al gigante!

sábado, 5 de mayo de 2012

Sorpresas en Hong Kong...


La llegada en Hong Kong trajo más imprevistos de los pensados…
Cerca de las 21 hs estábamos pisando suelo chino, aunque por cuestión de visas no se considere así (los chinos lo consideran como un país aparte . Nos estaban esperando Sole y Clau que habían viajado un par de horas antes y habían averiguado como era la forma más barata y cómoda de llegar al hostel.
Nos tomamos un ómnibus que está especialmente diseñado para llevar a pasajeros desde el aeropuerto a la ciudad. Sabíamos la parada donde debíamos bajarnos y cúanto debíamos caminar hasta llegar al hostel.
En el camino al hostel Vane se sintió mal y estaba con un dolor insoportable en la panza… estaba mal.  Nos bajamos y empezamos a buscar el camino para llegar al hostel, pero Vane casi ni se podía mover del dolor.
Decidimos que lo mejor era que fuera al hospital para que vieran que era lo que tenía. Mientras algunos la acompañaban hasta el hospital, otros buscábamos la forma de llega al hostel.
De repente nos dimos cuenta  de que la dirección que habíamos averiguado y el ómnibus que habíamos tomado no eran los correctos. Ya que nos habíamos fijado en una reserva vieja!! Estábamos bastante lejos de dónde debíamos estar y ya era pasada la media noche.
Por suerte una pareja de jóvenes nos pudo ayudar y nos indicó la forma de llegar hasta nuestro lugar… Hong Kong parecía ser una ciudad que nuca descansa… ya que a pesar de la ser la medianoche parecía que fuese el mediodía por la cantidad de luces y la cantidad de gente en la calle.
Para llegar nos teníamos que tomar 2 subtes y cruzar la isla… a esa hora ya casi estaba cerrando… así que a toda prisa logramos tomarnos los dos y llegar a buen puerto.  Esperamos a  aquellos que se habían ido al hospital y llegaron con la triste noticia que debían dejarla internada para hacerle estudios. Para peor el seguro del viaje no daba bola…
Al otro día el seguro se puso en contacto y las cosas se empezaron a encaminar… de todas maneras Vane seguía mal.
Empezamos a recorrer la ciudad… dado que es inmensa creímos que la mejor forma de hacerla era en el subte.  Por lo tanto nos dirijimos al centro de la ciudad, el distrito financiero y empezamos a recorrer.
La vista se nos perdía entre aquelllos inmensos edificios que parecían no tener fin… es realmente increíble cómo aprovechan el poco espacio que tiene de forma tan eficiente.
Entramos a uno de los edificios más altos… el Banco de China y a pesar de que no podíamos llegar hasta el tope pudimos ver una espléndida vista de la ciudad desde lo más alto. Fue increíble!!
Dsps seguimos recorriendo la ciudad a pie y fascinándonos con la espectacularidad de esos inmensos edificios.  De repente nos perdimos y terminamos en  un pequeño barrio, muy  tradicional y más parecido a lo que yo me imaginaba de China. Paseamos por un templo que encontraba allí.
La tarde transcurrió buscando noticias de nuestra compañera que aún seguía internada y las recorridas por los mercados tecnológicos en busca de algunas ofertas. La veradad es que Hong Kong no es tan barato como se piensa, los precios si no son los mismos que en Uruguay, son un 10 o 20% menores, no hay gran diferencia.
Sobre el final de la tarde fuimos a visitar a Vane, ya sabía que la iban a tener que operar del apéndice… un garrón mal; pero dentro de todo no era una operación muy complicada y el hospital parecía muy seguro.
A la noche nos maravillamos con el espectáculo de luces de la bahía… increíble!!!
Sin dudas Hong Kong, ha sido una ciudad que me sorprendió para bien. En la previa del viaje no tenía demasiadas expectativas e incluso estuve a punto de no hacerla. A pesar de los accidentes y de la lluvia que nos asoló prácticamente todo el día… realmente pasé un muy buen momento en la ciudad.
Ahora, uno de los momentos más esperados, las mini vacaciones en Filipinas… ya les contaré