La llegada a uno de los destinos más esperado por todos, se
demoraba. Es que el vuelo que salía de Hong Kong a Manila venía con retraso. El
problema era que ese retraso podía llegar a afectra la conexión que teníamos
para llegar a Puerto Princesa.
Efectivamente, el vuelo se demoró lo suficiente como para
que perdiéramos la conexión… Luego de pelear
un poco en los mostradores… ante la inoperancia e ineficiencia, de los
empleados de la peor aerolínea en la que hemos viajado hasta ahora, Cebú.
El vuelo que nos consiguieron, tb se retrasó así que
llegamos a Puerto Princesa pasadas las 10 de la noche. El pequeño aeropuerto en
el que aterrizamos, esperaba nuestra llegada para cerrar sus puertas.
Al salir… historia conocida! El panorama era muy similar al vivido
en Bali… una treintena de personas nos rodeaban ofreciendo sus servicios de
transporte, cargoseando, una y otra vez.
Otra vez a regatear y a buscar la mejor oferta… Mientras que el clima se
ponía más tenso dado que éramos las únicas personas en el aeropuerto.
Decidimos aclarar nuestras ideas yendo a comer a una
pizzería que estaba a 2 cuadras… La salida del aeropuerto fue dificultosa… ya
que estas personas habían armado una especie de muro, en la puerta que daba a
la calle, con sus vehículos… los tuk tuk... Son motos que sirven de taxis… a
las cuales les adosan una cabina para transportar personas.
Luego de comer las pizzas más dulces que hayamos probado,
decidimos partir hacia El Nido pasada la media noche en 2 van. A pesar que la
distancia es menor a 300km, sabíamos que el viaje duraba unas 6 horas. Nos
ahorrábamos una noche y llegamos bien temprano a conseguir lugar allá.
El viaje no fue el mejor… la ruta era muy mala y viajábamos
bastante incómodos. Sin embargo lo amenizamos con charlas y juegos.
Llegamos al Nido apenas amanecía… un pueblo comparable a un
Punta del Diablo… donde los servicios escasean (no hay electricidad de 6 de la
mañana a 3 de la tarde) y no existen las grandes construcciones a no ser por
algún que otro hotel.
La primera noche la pasamos en un hostel, que tenía muy
buena ubicación, buen precio, pero pocas comodidades. Los cuartos eran pequeños
y de 9 personas y había un pequeño baño para todo el lugar.
El dueño un garca… un francés que se vendía sólo con la cara. Los empleados
todos menores... que trabajaban más de 12 horas diarias.
Al otro día nos cambiamos a una de peor ubicación pero con
muchas más comodidades.
La mayor parte de los Filipinos son simpáticos y
amables…encontrar heterosexuales es tan difícil como encontrar lugares limpios…
Las playas son increíbles, de hecho la peor de todas ellas,
es muchísimo mejor que cualquiera que podamos encontrar en Uruguay.
La estadía en este lugar consistió en conocer sus diferentes
playas. A través de los tuk tuk conocimos las más cercanas y luego a través de
2 tours en barcos conocer otras más.
Los tours arrancan temprano en la mañana y te van llevando a
diferentes islas con distintas playas y pasando por lugares para poder hacer
snorkel.
Es increíble la cantidad de cosa que se pueden ver haciendo
snorkel en esas aguas. Pudimos ver tortugas gigantes, manta rayas, estrellas de
mar, arrecifes y corales de infinidad de colores y miles de especies de peces
de todos los tamaños y colores. Muy divertido de verdad!
Uno de los últimos días se nos ocurrió que otra forma de
conocer las playas era a través de
kayaks, que te alquilan allí. Experiencia nueva para todos.
El primer tramo, a pesar de que fue algo cansador fue muy
disfrutable. Paramos en una pequeña isla a almorzar y descansar algo. Sabíamos
que teníamos otro tramo largo, así que luego de una hora emprendimos viaje a la
otra isla.
Esta vez no fue nada disfrutable… el agua estaba algo
movida, bastantes olas y mucha corriente que hacía que prácticamente no nos
moviéramos cada vez que remábamos. Para peor, una nube negra nos soplaba la
espalda.
Con los últimos restos físicos llegamos… y para nuestra
fortuna otros compañeros del GV estaban allí y nos regresaron en los barcos que
habían contratados, a nosotros y nuestros kayaks.
La noche la pasábamos
en uno de los lugares donde íbamos a cenar, en la playa y con música en vivo.
Incluso una de las noches 3 amigos tocaron en el lugar! Una fiesta, ante varias decenas de uruguayos
que habían copado El Nido. Grande Guille, Mago y Beto.!
El único lugar bailable era un zoológico, donde homosexuales
y prostitutas se hacían un festín.
El último día allí nos debíamos acostar temprano, ya que a
las 3 de la mañana partiamos a conocer el río subterráneo, cerca de Puerto
Princesa. El tour que alquilamos fracasó… La van que nos iba a llevar, no tenía
espacio para nosotros y nuestras valijas. Luego de pelear durante casi 2 horas
con el chofer… nos terminó diciendo que habían cancelado nuestros permisos!
Un gran destino… sin dudas de muchas enseñanzas… donde a
pesar de creer que sería el lugar donde más descansaría fue donde dormí
menos…Algunas veces el calor, otras los pensamientos, otras la ansiedad le
ganaban la pulseada al sueño.
Ahora en el avión a China... a enfrentarse al gigante!
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