domingo, 27 de mayo de 2012

Conocer Las Petronas

Llegamos a Kuala Lumpur, luego de unas 5 horas de ómnibus. El dueño del hostel de Singapur, que nos había vendido los pasajes y que nos había hecho mal el mapa  de cómo llegar a la terminal, nos dijo que el ómnibus nos dejaba en la puerta de nuestro hostel en Kuala Lumpur.
Obviamente, eso no sucedió… nos había estafado. Llegamos a un lugar, que ni idea teníamos dónde estábamos, a eso de las 5 de la mañana. En seguida una cantidad de taxistas ofrecieron sus servicios.
No teníamos plata y nos daba la sensación que los taxistas nos querían estafar también. Finalmente, luego de conseguir dinero y de pelearle el precio a los taxistas, tomamos la oferta y nos fuimos hasta el hostel.
El hostel, no estaba tan lejos como nos habían dicho los taxistas, de todos modos no habíamos pagado el precio inicial que nos habían ofrecido.
La zona donde nos alojábamos no era muy linda, había bastante mugre y era medio lúgubre. De hecho, cuando nos bajamos del taxi unos 20 o 30 cuervos pasaron por encima de nuestras cabezas. La diferencia con Singapur era muy clara…
Luego de desayunar algo en el hostel nos fuimos a acostar unas horas para después poder aprovechar todo el día. La habitación era para 24 personas!
Nos levantamos y nos fuimos hasta la estación de trenes para ir hasta las Batuk Caves. La idea era pasar un tiempo allí y regresar hasta la ciudad para ir a ver las Torres Petronas.
Las cuevas son bastantes sucias y  tiene varios templo de tipo hinduista, están pobladas por monos, algunas ratas y alguna que otra gallina.
 La gente va allí a celebrar sus actos religiosos mientras los monos tratan de robar algo de comida. Si algún mono se mete en un templo es sacado a pedradas o cocazos. Pero los monos también se defienden, de hecho cuando nos estábamos yendo un mono tiro un coco que casi le pega en la cabeza del Cebolla.
Por la tarde nos fuimos al centro de la ciudad a conocer las Torres Petronas, son realmente increíbles. Uno pierde la vista tratando de alcanzar la cima de las mismas…
Paramos en un bar cerca para tomar algo y esperar a que se hiciera la noche y poder verlas iluminadas también. Son mucho más hermosas en la noche.
A la vuelta, y antes de pasar por el mercado central de artesanías,  pasamos por un super  y compramos unos pollos y algunas verduras. En el techo del hostel había una gran barbacoa que utilizaríamos para compartir la cena.
En pocas horas otra vez emprenderíamos viaje… Camboya nos esperaba.

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