miércoles, 20 de junio de 2012

Ho ian, trajes y playas ( Vietnam parte 2)

La partida hacia Ho ian fue multitudinaria, ya que además de los más de 30 que estábamos viajando juntos de forma libre en Vietnam, se sumó que en el aeropuerto nos encontramos con el grupo de viaje, que se iba en el mismo avión que nosotros.
El avión aterrizó en Da Nang, una pequeña ciudad a unos 30 kilómetros de Ho ian, con lo cual apenas llegamos tomamos una van para poder ir allí.
Llegamos sobre el mediodía y nos dispusimos a buscar un lugar donde alojarnos. Encontramos un hotel muy lindo con piscina a 8 dólares la noche.
Nos instalamos e hicimos uso de la piscina para por la tardecita salir a recorrer las tiendas de la ciudad. Ho ian, es famosa por tener muchas tiendas donde se hacen la ropa a medida de un día para el otro y es muy barata. Trajes y vestidos de fiesta son las cosas más pedidas por los turistas que allí llegan.
Muchos aprovecharon las increíbles ofertas que tenían las tiendas y se llevaron trajes y otras más de un  vestido de fiesta.
Por la noche salimos a recorrer un poco más sus calles y cenamos en un restaurant cerca del hotel. En el camino nos cruzamos con más de una decena de ratas! La ciudad tiene partes muy lindas pero es muy sucia, debe ser la ciudad más sucia en la que hemos estado.
Al otro día alquilamos unas motos para recorrer más sus alrededores y conocer sus playas. Primero fuimos a la playa que estaba a unos 4 kilómetros de donde nos quedábamos. La playa es muy bonita, tiene muchas palmeras que hacen que uno no se achicharre allí, sin embargo no es tan linda como las playas que vimos en Filipinas.
Allí en la playa  alquilamos unas motos de agua y estuvo muy divertido…quienes no la pasaron muy bien, fueron quienes nos las alquilaron ya que, supuestamente pasamos muy cerca de algunos bañistas que fueron a quejarse de nosotros.
Por la tarde recorrimos en las motos todos sus alrededores, paseamos por la rambla, fuimos hasta un faro, bordeamos el río que atraviesa la ciudad y  terminamos en la parte antigua de la ciudad, la cual me hizo acordar mucho a Colonia del Sacramento.
Por la noche fuimos a cenar a un restaurant a la orilla del río, que era muy pintoresco y en el cual vendían los chop de cerveza a 4 pesos uruguayos!
El último día en Ho ian lo dedicamos a hacer una excursión a Hué, donde visitamos la ciudadela y el palacio real. Realmente era una belleza el lugar, pero el calor que hacía ese día hizo que no lo disfrutáramos tanto. Realmente estaba insoportable, con lo cual decidimos regresar antes al hotel y aprovechar un rato más la piscina.
Al día siguiente en la mañana partimos hacia la capital del país, Hanoi.

Apocalypse Now (Vietnam parte 1)

Es difícil escribir después de tanto tiempo, pero problemas con la computadora hicieron que no pudiera escribir durante este tiempo. Probablemente en estos relatos se me pierdan varios detalles.
Llegamos a Ho Chi Minh, en las primeras horas de la noche. El ómnibus nos había dejado a unas cuadras del hostel que habíamos reservado el día anterior. Estaba situado en una calle llena de hostels similares y donde había varios boliches que hacían que la calle tuviera continuo movimiento.
 Lleno de extranjeros, que ocupaban las veredas sentados en pequeñas mesas y sillas  donde la idea era tomar alguna que otra cerveza (a un precio que no superaba los 10 pesos cada una)  e intercambiar alguna que otra palabra con ellos. Vendedores ambulantes y artistas callejeros que hacían malabares con fuegos y serpientes adornan la pequeña y pintoresca calle.
La entrada de nuestro hostel era la de un supermercado que abastecía con cerveza toda la noche a los extranjeros que paraban en la vereda.
Apenas llegamos acomodamos las valijas y nos dispusimos a recorrer un poco esa hermosa calle y contratar con alguna agencia turística el paseo para ir al otro día a los túneles Cu Chi.
Fuimos en una excursión bien temprano en la mañana, donde el 80% de los integrantes de la misma, eran uruguayos. El guía hablaba bastante bien el inglés para lo que estábamos acostumbrados y constantemente hacía chistes, lo que hizo la visita muy entretenida y didáctica a la vez.
El lugar está muy bien ambientado para los turistas y uno tiene la posibilidad de ver como el viet- cong, resistía los ataques de los americanos. Sin dudas, con mucho más ingenio que poderío armamentista, realmente increíble como sobrevivían y contraatacaban los ofensivas yankees. Uno no puede creer que pasaran años debajo de la tierra en condiciones inhumanas.
Pasamos toda la mañana recorriendo el lugar y pasado el mediodía regresamos a la ciudad para poder recorrer el museo de la Guerra.
 El museo es muy completo y por momentos a uno se le eriza la piel al ver determinadas fotos, sobre todo las fotos de las víctimas de los ataques con orange, un potente ácido que destruía a las personas y dejaba totalmente deformes. Muy cruel…
A la tardecita pasamos a recorrer el mercado central y recorrimos un poco las calles de la ciudad que realmente son un caos, de la cantidad de motos que hay y ninguna respeta ningún tipo de señal de tránsito. Cruzar las avenidas es una verdadera odisea!
Por la noche decidimos conocer un poco más de la movida nocturna y paseamos un rato por la callecita de los boliches y después fuimos a uno con un nombre muy sugerente… Apocalipsys Now!
Al otro día nos dedicamos a recorrer el mercado ya que el día anterior casi no habíamos podido ver nada porque cuando llegamos estaba cerrando. Fuimos temprano, ya que por la tarde queríamos hacer la encomienda.
El mercado a pesar de no ser el mercado de la seda de China tiene muchísimas cosas y a precios muy accesibles.
Luego de realizar todas las compras fuimos a embalar todas las cosas para hacer la encomienda. Cuando llegamos a la post offfice, nos dijeron que la podíamos mandar pero sólo por avión y nos costaba 500 dólares los 20 kilos!!
 Todos estábamos muy pasados de kilos en las valijas y era fundamental  mandarla, así que empezamos a recorrer todos los lugares desde donde podíamos hacer encomiendas en la ciudad.  Finalmente y cuando terminaba la tarde encontramos uno que nos la mandaba por barco a un precio accesible. Pero habíamos perdido la posibilidad de conocer un poco más la ciudad…
Por la noche otra vez paseamos por la calle de los bolichitos intercambiando palabras con extranjeros y otros compañeros del grupo de viaje que también se encontraban allí. Aunque esta vez hasta temprano dado que al otro día partíamos para Ho ian.

domingo, 3 de junio de 2012

Los templos de Angkor y el genocidio camboyano

La cena se extendió más de lo previsto  entre charlas y comunicaciones con Montevideo, dado que era el día de la madre; con lo cual no pude dormir, ya que el vuelo hacia Siem Reap era muy temprano.
Llegamos a Camboya en las primeras horas de la mañana, tramitamos las visas y salimos a buscar algo de dinero para poder tomar una van que nos lleve hasta el hostel que habíamos reservado.
Los camboyanos prácticamente no usan su moneda, si no que el dólar americano es la moneda más usada. Los cajeros te dan dólares y en el único momento en que ves algún riel (moneda camboyana), es cuando te dan algún cambio. Tampoco existen las monedas.
El chofer de la van que contratamos era muy amable y simpático, conversamos y nos recomendó lugares para quedarnos y cosas para hacer allí. Primero decidimos ver igual el lugar que habíamos reservado… no era feo, pero sabíamos que por esa plata podíamos conseguir cosas mejores.
Así que nos fuimos, a uno que nos recomendó el chofer… un hotel con piscina… por 6 dólares la noche! Un ganga!
El calor en Camboya es realmente insoportable… con lo que la piscina resultaba fundamental.
Ese día lo pasamos en la piscina y descansando un poco, a la tardecita cuando la temperatura bajó un poco (igual hacía mucho calor) nos fuimos a recorrer la ciudad caminando.
Paramos en un mercado a recorrer un poco y la idea era después comer algo por ahí… lo segundo no lo pudimos hacer… un diluvio nos agarró en el mercado. Nunca en mi vida vi llover tanto y durante tanto tiempo.
Conseguimos unos Tuk Tuk que nos llevaran hasta el hotel… cuando llegamos y nos disponíamos a cenar… apagón! Por suerte al rato volvió la luz y pudimos quedarnos allí comiendo algo y jugando al pool.
Al día siguiente nos levantaríamos temprano para ir a conocer los templos de Angkor. A las 5 de la mañana empezaba el tour.
Por suerte, cuando nos levantamos no llovía. La idea era poder ver el amanecer en Angkor Wat… lamentablemente algunas nubes impidieron que pudiéramos ver la salida del sol.
Es increíble e inmenso Angkor, no en vano muchos la consideran la octava maravilla del mundo. A uno no le da con un solo día para recorrer todos los templos, sin embargo sabíamos cuáles si o si debíamos hacer.
En los alrededores de los templos hay centenares de niños todos muy simpáticos, de entre 3 y 10 años que ofrecen cualquier cosa a un dólar. Realmente a uno se le parte el alma… te persiguen y lo único que te dicen es “ one dollar”…
Hay mucha pobreza y realmente la gente se desespera por algo de plata, niños jóvenes y adultos, te persiguen por todos lados tratando de que les compres algo.
A medida que transcurría el día en Angkor el calor se iba haciendo sentir… y eso que el chofer nos dijo que no era un de los días más calurosos. Mejor ni saber cómo es un día caluroso! No corría nada de aire y estaba muy húmedo… debí tomar más de 3 litros de agua y un par de helados en 4 horas.
Apuramos el paso en la recorrida de los templos para poder volver temprano al hotel  y hacer uso de la piscina. Realmente el calor impidió que disfrutáramos a pleno la belleza de ese lugar.
A la noche otra vez diluvio,  con lo cual aprovechamos a descansar, ya que al otro día partíamos temprano a la capital del país, Phnom Penh.
El ómnibus en el que nos trasladamos, era de lo más pintoresco, con cortinas con volados, peluches colgando y una tele donde pasaban  una telenovela cantada de lo más bizarra. El conductor hizo varias paradas, algunas para que él al costado de la ruta pudiera ir al baño y otras veces para comer.
En una de las paradas a comer, paramos en un mercado donde vendían varios platos típicos de Camboya… pude degustar una tarántula y un grillo! No eran tan feas como uno se puede imaginar, si te daba un poco de impresión tocarlas. No me animé con la cucaracha… era muy grande y bastante rellenita. 
Llegamos a la capital y nos pusimos a buscar un lugar para quedarnos, otra vez conseguimos un buen lugar, con piscina a 6 dólares. Ya era algo tarde como para realizar los paseos que teníamos pensado realizar, así que pasmos la tarde aprovechando la piscina del hotel y por la noche salimos a recorrer la ciudad a pie.
Al otro día contratamos varios tuk- tuk para realizar el paseo por los campos de exterminio e ir al museo del genocidio.
La verdad ha sido de los paseos que más me han gustado en lo que va del viaje… muy fuerte lo que uno ve y se entera allí. Como hace no muchos años el ejército de Pol Pot, masacraba a la población de Camboya, más de 3 millones de muertes de un total de 8 millones. Muy fuerte!!
A la tarde emprendimos viaje hacia Vietnam, en un ómnibus de similares características al que nos había llevado de Siem Reap a la capital. Cuando fuimos a hacer migraciones para entrar a Vietnam perdimos a 2 compañeras. Habían ido al baño y el ómnibus arrancó sin ellas. Por suerte a las pocas cuadras nos dimos cuenta que no estaban y les pedimos que las fueran a buscar.
Luego de unas 6 horas de camino llegábamos a Ho Chi Minh.

domingo, 27 de mayo de 2012

Conocer Las Petronas

Llegamos a Kuala Lumpur, luego de unas 5 horas de ómnibus. El dueño del hostel de Singapur, que nos había vendido los pasajes y que nos había hecho mal el mapa  de cómo llegar a la terminal, nos dijo que el ómnibus nos dejaba en la puerta de nuestro hostel en Kuala Lumpur.
Obviamente, eso no sucedió… nos había estafado. Llegamos a un lugar, que ni idea teníamos dónde estábamos, a eso de las 5 de la mañana. En seguida una cantidad de taxistas ofrecieron sus servicios.
No teníamos plata y nos daba la sensación que los taxistas nos querían estafar también. Finalmente, luego de conseguir dinero y de pelearle el precio a los taxistas, tomamos la oferta y nos fuimos hasta el hostel.
El hostel, no estaba tan lejos como nos habían dicho los taxistas, de todos modos no habíamos pagado el precio inicial que nos habían ofrecido.
La zona donde nos alojábamos no era muy linda, había bastante mugre y era medio lúgubre. De hecho, cuando nos bajamos del taxi unos 20 o 30 cuervos pasaron por encima de nuestras cabezas. La diferencia con Singapur era muy clara…
Luego de desayunar algo en el hostel nos fuimos a acostar unas horas para después poder aprovechar todo el día. La habitación era para 24 personas!
Nos levantamos y nos fuimos hasta la estación de trenes para ir hasta las Batuk Caves. La idea era pasar un tiempo allí y regresar hasta la ciudad para ir a ver las Torres Petronas.
Las cuevas son bastantes sucias y  tiene varios templo de tipo hinduista, están pobladas por monos, algunas ratas y alguna que otra gallina.
 La gente va allí a celebrar sus actos religiosos mientras los monos tratan de robar algo de comida. Si algún mono se mete en un templo es sacado a pedradas o cocazos. Pero los monos también se defienden, de hecho cuando nos estábamos yendo un mono tiro un coco que casi le pega en la cabeza del Cebolla.
Por la tarde nos fuimos al centro de la ciudad a conocer las Torres Petronas, son realmente increíbles. Uno pierde la vista tratando de alcanzar la cima de las mismas…
Paramos en un bar cerca para tomar algo y esperar a que se hiciera la noche y poder verlas iluminadas también. Son mucho más hermosas en la noche.
A la vuelta, y antes de pasar por el mercado central de artesanías,  pasamos por un super  y compramos unos pollos y algunas verduras. En el techo del hostel había una gran barbacoa que utilizaríamos para compartir la cena.
En pocas horas otra vez emprenderíamos viaje… Camboya nos esperaba.

La sorpresa de Singapore

Singapur es quizás uno de los países que menos teníamos estudiado, nadie sabía mucho que había para hacer en esa ciudad -país. Probablemente esa haya sido la principal razón por la cual a todos nos gustó tanto… además de que realmente es hermoso. 
Singapur, es de primer mundo. Todo está ordenando, todo está impecable, lujosos autos recorren sus calles y los servicios son de primera. Quizá por eso es que debe ser el país más caro de vivir acá en Asia.
La población no es nada homogénea… es una mezcla de chinos, indios, malayos y algún que otro anglosajón.
Estábamos bastante cansados, por lo que descansamos hasta pasado el mediodía y decidimos ir a pasar la tarde en Sentosa,  una pequeña isla frente al país.
Fuimos hasta la playa, que a pesar de ser bastante artificial está muy linda. Hay varias actividades y muchos parques para hacer allí… las mayorías caras y dado que venía bastante fuera del presupuesto, decidimos hacer únicamente las actividades gratis.
Fuimos a ver un show con animales, donde a 2 amigas le colgaron una pitón albina sus cuellos y después del mismo podías ir y tocarla. Fue muy entretenido. Luego fuimos a tomar algo a un parador en la playa y a hacer algo de tiempo para poder ir a ver los 2 espectáculos de luces y agua que había al caer la noche.
La verdad es  que los 2 estuvieron impresionantes! Un lujo. El primero de ellos con 2 robots gigantes que simulaban ser cigüeñas y el otro con una especie de dragones que tiraban fuego.
Al otro día fuimos hasta el hospital a visitar a uno de nuestros compañeros que tuvo un accidente en China y se encontraba internado allí. La sacó regalada! Mucha fuerza y pronta recuperación, Seba, seguro en unos días nos encontramos en alguna parte del mundo.
El hospital era increíble y la atención que le brindaban la mejor. Estaba en muy buenas manos.  Tratamos de darle ánimo y despejarle un poco la cabeza y sobre todo hacerle entender que tenía suerte de estar bien, que podía haber sido mucho peor.
Después fuimos a Little India, un barrio muy pintoresco con infinidad de referencias a India y donde se encuentran concentrado la mayoría de los indios que viven en Singapur. Entramos a un par de templos y seguimos camino.
Luego recorrimos un  especie de shopping, de varios pisos, pero que lo único que vendían eran aparatos de última tecnología, de todo tipo uno encontraba lo que quisiera allí. Los precios eran algo más barato que en Montevideo, pero no regalados.
Por la tardecita nos fuimos hasta la bahía, la vista allí es increíble y nos quedamos a esperar que anocheciera para poder disfrutar más.
Otra vez vimos un espectáculo de luces y agua increíble, mejor que los otros 2 que habíamos visto antes.
Regresamos rápidamente al hostel, ya que esa misma noche salía el ómnibus que nos llevaba hasta Kuala Lumpur.
Seguimos las indicaciones del dueño del hostel para poder ir hast a la terminal… el problema fue que las mismas estaban mal y el mapa que nos hizo tb!!
Los minutos pasaban y no la encontrábamos… el calor era insoportable… corríamos para todos lados tratando de encontrarla, subíamos escaleras, cruzábamos puentes, todo a contrarreloj y con todo el equipaje encima… hasta que dimos con el lugar… estaba cerrado!! Perdíamos el ómnibus y el pasaje que ya habíamos comprado.
De repente Cebolla encontró otra entrada y pudimos ir a retirar los pasajes que ya habíamos pagado y el chofer del ómnibus nos espero. Estábamos todos empapados de sudor! Mi camiseta era agua pura.
El ómnibus era super cómodo y pudimos descansar bastante, luego de que bajara la adrenalina por el momento vivido. Los únicos momentos donde no dormimos fue cuando hicimos la migración para salir de Singapur y la de entrada a Malasia.

Un cuento chino (Parte 2)

Shanghai, es una ciudad bastante más pequeña que Beijing, y con menos cosas para hacer, con lo que el  tiempo que le dedicamos a recorrerla fue suficiente.
Llegamos y luego de instalarnos planificamos lo que sería nuestro día. La idea era hacer el Yu Yuan Garden, recorrer la bahía y pasear por uno de los mercados. En la noche nuevamente pasearíamos por la bahía.
Después de comer algo nos fuimos en subte hasta el Yu Yuan Garden. La comunicación con los chinos era cada vez peor, ahora encontrábamos menos gente que hablara algo de inglés. El sistema de subte además era bastante menos claro que el de Beijing.
Antes de adentrarnos en el jardín dimos una vuelta por la Old City, un lugar donde se puede apreciar las típicas construcciones chinas y donde se pueden hacer algunas compras dada la cantidad de comercios que hay allí.
Entramos al jardín y lo recorrimos, a pesar de que era bastante bonito, no nos pareció la gran cosa, ni un paseo como para hacer obligatoriamente allí, pero nos quedamos un buen rato recorriéndolo.
Luego nos fuimos a recorrer a la bahía, que es muy linda pero que comparada a la de Hong Kong, no tiene mucho para hacer.
Para finalizar, pasamos por un mercado enorme, nos entusiasmaba la idea de conseguir  cosas más baratas que en el mercado de la seda de Beijing, es que sabíamos que Shanghai era más barato.
El mercado era tan grande o incluso más que el mercado de las sedas, sin embargo las cosas que había y la calidad de las mismas era mucho peor, con lo cual no compramos nada. Fuera del mercado las ferias se extendían a lo largo de las calles; era muy pintoresco y me parecía acercarme un poco más a la forma de vivir de los chinos.
El problema de quedarse poco en determinados, aparte de que a uno a veces le quedan cosas por hacer, es que uno dedica su tiempo a recorrer las zonas turísticas que muchas veces distan muchísimo de lo que es la forma de vivir de la media de la población.
Creo que en Shanghai por momentos, lo logramos. Pudimos ver lo que muchos viajeros ya nos habían dicho de algunas costumbres chinas  y que en Beijing casi ni vi. Acá si pude ver varios personas escupir en la calle luego de un fuerte ruido… que pienso que lo terminan haciendo para avisarle a uno que se viene… o quizás es una forma de llamar la atención del sexo opuesto como tienen algunos animales… jeje.
Otra que pudimos ver fue la de los niños chinos, lo cuales andan  la calle con los pantalones con una abertura en el trasero, para que en caso de urgencia en plena calle sea todo más fácil… jiji
Ojo!! Igual no es lo que yo me había imaginado… no todo el mundo es así… sólo algunos pocos pero dada la gran cantidad que son es usual poder verlos en la calle. Creo que todo el mundo, en los cuentos que hace luego del viaje, suele dar un poco de color a todas las cosas que vio.
Otra de las cosas que pudimos ver y que en lo que iba del viaje no había visto fueron mendigos…y varios que se te abalanzaban pidiendo dinero con alguna alcancía.
Por la noche recorrimos la bahía, otro de los puntos fuerte de Shanghai en materia de cosas para hacer y ver.  Allí paramos en un centro de información para turistas para ver que otras cosas se podían hacer… fue allí cuando nos llevamos una sorpresa… no habíamos estado en el Yu Yuan Garden!! Jeeje Sino en un parque que estaba enfente, jeje.
Averiguamos y cobraban una entrada que era bastante cara… o por lo menos para lo precio de China.  Así que al otro día decidimos ir a hacer otro paseo, fuimos a conocer el “Buda de Jade”.
Fuimos caminando pensando que quedaba más cerca de lo que en realidad estaba. La verdad es que el paseo está muy entretenido y es super didáctico. Un guía te explica y hace entender algo más acerca de la religión predominante en esta parte de Asia.
Luego fuimos a almorzar a un típico restaurant chino para probar algún plato local. Comimos noodles con pato y con bambú. Muy rico… además incursionamos en el arte de comer con palitos! Aunque en esa comida prácticamente no pudimos agarrar nada...jeje. Salió cuchara para poder comerlos. ( Ojo, ahora somos todos unos expertos, y no hay lugar al que vayamos a comer en el que no comamos con palitos!)
Volvimos temprano al hostel ya que teníamos que ir hasta el aeropuerto y el mismo queda a más de 200 km del centro de la ciudad!! (de hecho algunos compañeros perdieron vuelos por no saber que estaba tan lejos)
Me despedía de China, país que da para conocer mucho más… pero que uno necesitaría mucho más días para lograrlo.
Quizás por todo lo malo  que me habían hablado del país en lo previo, hizo que me llevara una buena imagen… por lo menos mejor a lo que me imaginaba.
Si se escupe en la calle…. Pero en Mdeo tb, allá por un tema de proporción a veces puede parecer que se hace más seguido. Tienen algo de olor… pero lo sentí únicamente en los metros… creo que en cualquier ómnibus del Uruguay uno puede encontrar olores parecidos. Si vi a algún niño haciendo sus necesidades en  la calle, pero muy pocos y en Uruguay tb he visto.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Un cuento chino (Parte 1)


Pasada la media noche aterrizábamos en la capital de este inmenso país, Beijing. Ya en el aeropuerto, y mientras hacíamos los papeles de migraciones, nos encontramos con otros amigos, con los cuales haríamos la ciudad y otros destinos más juntos. Ya eramos más de 20…
La llegada al hostel fue sobre las 3 de la mañana, luego de regatear en el aeropuerto el precio de las van, que nos llevarían.
Al otro día a la mañana, nos dirigimos a la estación de trenes de la ciudad para ya asegurarnos el tren que nos llevaría hasta Shanghai unos días más tarde.
Por primera vez en lo que va del viaje todo nos costaba el doble de tiempo, la ciudad era enorme y la comunicación muy pobre… no nos entendían nada y nosotros nada a ellos. Es difícil encontrar gente que hable en inglés y aquellos que lo hacen, se les entiende muy poco.
Para nuestra suerte tienen un muy buen sistema de Subte, con indicaciones bastante claras y además muy barato, que nos facilitó la movilidad en la ciudad. Caminar en  la ciudad por momentos se hace imposible, por la cantidad de gente en las calle y por las mismas calles!!
No hay nadie que respete una señal de tránsito, autos motos y bicicletas se cruzan constantemente y no parece importarles el color del semáforo. Simplemente siguen su marcha… no paran.
Luego de asegurarnos los pasajes, recorrimos un poco la ciudad a pie. La idea era comer algo e ir a conocer el mercado de las sedas.
Ya aproximándonos al mercado varios vendedores callejeros se nos abalanzaron ofreciendo sus productos… nada allí tiene un precio fijo. En las afueras y en el mercado todo se regatea.
Cuando uno pregunta por el precio de algo le dicen que sale tanto, pero que a vos te lo dejan más barato. Entonces te dan un precio muy superior al valor real, es ahí donde se hace la contra oferta y luego de varios minutos y cruces de ofertas termina uno comprando, que mejor forma de discriminar precios según los consumidores!!
 Quizás las primeras veces resulta divertido, pero ya la últimas compras resultan un poco tediosas. Incluso llegan a pegarte algún manotazo si el precio que les ofreces es demasiado bajo, gritarte “tacaño” o insultarte. El mercado parece ser de los pocos lugares donde se habla inglés y algo de español.
El mercado es enorme y nos llevó toda la tarde y nos consumió casi todo el viático… es imposible no dejarse llevar ante algunas ofertas.
Al otro día decidimos ir a recorrer el palacio de verano. Otra vez la misma historia de tratar de llegar, en una ciudad enorme y con importantes limitaciones a la hora de la comunicación.
Contratamos un guía local a la entrada. Era un joven que se ganaba la vida haciendo eso. Era muy simpático y luego de regatearle el precio empezamos el tour. A pesar de que hablaba bastante inglés por momentos no se le entendía nada.
La recorrida fue espectacular, y nos contó varias historias muy interesantes acerca de la vida de los emperadores en la antigua China. Incluso pude ponerme en las ropas de un emperador por un momento.
Comimos algo y nos fuimos hasta la ciudad prohibida. Llegamos demasiado tarde y sólo nos dio para recorrer la plaza y no pudimos adentrarnos en la ciudad. Nos quedamos en la plaza, y nos fuimos a la villa olímpica para recorrerla en la noche. La verdad es que es muy pintoresca y es increíble lo que armaron para esas olimpíadas.
Al otro día, bien temprano en la mañana contratamos una camioneta que nos llevara hasta la gran muralla China. El poco tiempo que estuve despierto dentro de la camioneta lo sufrí. No podía creer lo mal que manejan…un par de veces creí que chocábamos. Un desastre!!
La muralla es increíble… realmente uno pierde la vista en su construcción y le cuesta creer lo que pudieron construir hace unos cuantos años. Le cuesta creer a uno que está allí… en la única construcción en la Tierra que puede ser vista desde el espacio…
Como era tan temprano en la mañana, prácticamente que era para nosotros solos. Sin embargo, entre los pocos turistas que había a esa hora nos encontramos con un grupo de uruguayos!!  Increíble!
Caminamos por algo más de 3 horas allí, a medida que la mañana avanzaba, el calor se hacía sentir y los escalones costaban el doble.  La bajada la hicimos a través de unos inmensos toboganes lo que la hace más divertida.
Sobre el mediodía emprendimos el regreso a la ciudad, nos quedaba pendiente la recorrida a  la ciudad prohibida. Llegamos y contratamos las auto guías para hacer el recorrida. Básicamente son unos aparatos, tipo walkman, con un mapa del lugar y a medida que uno va caminando le van diciendo que es lo que ve y le cuenta alguna historia en el idioma que uno quiera.
Sobre el final de la tarde regresamos al hostel para armar la valijas y dirigirnos a la estación de trenes, para tomar aquel que nos llevaría hasta Shanghai.
Salimos unas 2 horas antes del hostel, a pesar de que no quedaba muy lejos, sin embargo casi lo perdemos…
Encontrar taxis y que nos entendieran a dónde queríamos ir fue toda una odisea!! Luego los atascamientos del tráfico, por último largas colas a la entrada de la estación… Cuando llegamos, nos dimos cuenta que uno de los taxi, nunca había llegado. El taxista nunca entendió a donde tenía que ir… por suerte cuando se dieron cuenta de que no los estaba llevando al lugar correcto, haciéndole un dibujo, lograron llegar.
Con los minutos contados subimos al tren… el tren demora unas 12 horas, con lo cual compramos unos camarotes con camas para poder descansar. A pesar de ser algo pequeños pudimos descansar bastante.
Me voy de Beijing, con la pena de no quedarme más días… algo que se ha repetido en varios destinos de este viaje.