martes, 24 de abril de 2012

Good bye New Zealand


Son los últimos días en Nueva Zelanda, un país realmente increíble, y sin conocer todos los demás países que vendrán, sé que es uno de los mejores destinos de este viaje.
Lo recorrimos de norte a sur en la motor home, haciendo más de 3100 km. Demasiadas experiencias en tan poco tiempo, supongo deberíamos haber estado en este país más tiempo, fuimos gitanos saltando de pueblo en pueblo.
Un país donde la gente es super correcta, atenta y amable con los turistas; muy rico en paisajes y en donde uno no para de asombrarse con lo que tiene enfrente.
La penúltima noche paramos en un camping en Wanaka, una pequeña ciudad situada al borde de un lago con el mismo nombre. Recorrimos brevemente la ciudad, que era muy linda y emprendimos viaje a Fox Glacier.
En el camino paramos en las Blue Pools, un pequeño río al cual se accede atravesando un bosque muy denso y húmedo, lleno de una especie de mosquito más pequeña a la que solemos conocer pero más molesta. El agua del río al que se llega es celeste intenso, y se debe básicamente a los dehielos de los picos montañosos.
Hicimos una pequeña parada en Haast, íbamos a almorzar allí, pero el día se puso feo y empezó a gotear. Es una ciudad costera, fuimos cerca de la playa, por ahora lo más parecido al Uruguay que vi. 
Sobre la tarde llegamos a Fox Glaciar y reservamos el paseo que haríamos al otro día en el glaciar. Era uno de los paseos que más estaba esperando y sabíamos que no lo podíamos hacer en Franz Josep por que había peligro de derrumbes.
Como teníamos algo de tiempo todavía fuimos hasta Franz Josep a ver que podíamos conocer del otro famoso glaciar en Nueva Zelanda. La caminata para poder ver el glaciar era de 2 horas, estábamos algo cansados y al otro día necesitábamos tener fuerza para hacer el tour por el glaciar de Fox, así que decidimos regresar.
Nos alojamos en un camping en la ciudad, donde nos encontramos con otros compañeros del grupo de viaje. Por la noche, después de comer, y mientras estábamos jugando a las cartas conocimos a otros integrantes del camping.
Compartimos unas copas, con una australiana, una francesa, un francés y  2 alemanes. Fue muy divertido y mágico a la vez. Una experiencia única, intercambiando historias y compartiendo experiencias, sobre todo porque uno de los alemanes tenía 72 años, muy joven de espíritu, había vivido la Alemania de Segunda Guerra y la post división en Berlín.
Al otro día nos levantamos temprano para hacer el paseo en el glaciar. Nos equiparon con camperas, medias, guantes, botas, bastones y grampas para los pies para que podamos caminar por él.
Gran experiencia, poder andar  encima de un inmenso glaciar, pasando  por  túneles de hielo y pequeñas cuevas que se formaban en él. A pesar del frío que hacía en él, no me quería ir, era una de las cosas que más esperaba en este viaje. 
Regresamos pasado el mediodía y nos fuimos a almorzar a la orilla de un lago muy cerca de allí los últimos víveres que nos estaban quedando.
Debíamos llegar lo más cerca de Christchurch, para al otro día casi no tener que hacer ruta y poder entregar la motor home. Dudamos entre Hotikita y Arthur Pass, al final nos decidimos por este último.
El camping estaba a un lado de la ruta, era de los que eran a voluntad, nos recibió un kea, una especie de loro, que quiso atacar a Nico cunado se bajó de la motor home. El camping tenía los servicios mínimos. Decidimos ir a recorrer un poco el centro… el frío era cruel!
Encontramos de casualidad un cyber a voluntad tb! Las computadoras eran super lentas, así que dio para chequear los mails únicamente.
Hoy entregamos la motor home y mañana a primera hora, luego de una noche en el aeropuerto, nos vamos para Sydney. Esperemos nos regale tan buenos momentos como Nueva Zelanda.

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