Estamos dejando atrás Queenstown, una ciudad que está a
orillas de un lago y rodeada de montañas. Para ser una de las ciudades más
importantes de Nueva Zelanda me pareció algo chica, el centro debe ser más
chico que el centro de Las Piedras (salvando las distancias ya que el de
Queenstown es muchísimo más lindo).
La ciudad es muy cosmopolita y en esta ciudad se ve bien las
diferencias culturales entre la isla Norte y Sur. La isla norte mucho más maorí
y la sur más anglosajona.
Antes de llegar habíamos parado en Cromwell (un pueblo
cercano a Queenstown), donde había una mina de oro y se podía hacer un paseo en
un jet boat, que a toda velocidad iba por una cantera esquivando rocas. No me entusiasmó demasiado la actividad, así
que me quedé con Jarni y Ceci esperando que los demás hicieran el paseo.
En Queenstown, paramos en un camping a unas tres cuadras del
centro, que era un lujo. Difícilmente vuelva a ver uno con así, por eso era tan
caro también.
Recorrimos el centro a pie y nos encontramos con varios
compañeros del grupo, que ese día habían estado haciendo bungy y otras
actividades allí.
Sobre la noche decidimos hacer el Big Night Out, es un tour
en el cual pagas unos 400 pesos y te
llevan a recorrer 6 boliches y pubs, te dan en cada uno un trago y pizza.
Estuvo increíble!! A puro Jaggermeister
y cerveza.
A pesar de ser martes
había varios boliches que explotaban. Muy recomendable para aquellos que alguna
vez estén en Queenstown y una buena idea para exportar.
Al día siguiente íbamos a hacer algún deporte extremo, pero
nadie se terminó animando y además eran todos carísimos. Así que nos subimos a
un teleférico que te llevaba unos 800 metros arriba, donde se podía apreciar
toda la ciudad. Allí nos tiramos en una especie de karts, pero sin motor, por
una pista que bajaba unos 300 metros por la montaña. Hicimos dos carreras,
habíamos vuelto a la niñez! Jeje
Por la tarde recorrimos lo que era la rambla y una pequeña
feria artesanal con Rami y Nacho. Nico, Jarni, Ceci y el Oso habían ido a comer
a Freg burger, un lugar donde sirven la mejor hamburguesa de Nueva Zelanda.
A la vuelta se
hicieron famosos! Jeje es que al mediodía cuando bajábamos la montaña vimos que
un muchacho que estaba haciendo paragliding quedó enganchado en la punta de un
pino. Los noticieros fueron a cubrir la noticia y le hicieron una nota a Nico y
el Oso como testigos del accidente. Muy fuerte!
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